Presente ahora más que nunca

Cada 2 de noviembre, ocurre algo extraordinario en el mundo de los vivos, que nos conecta a un mundo donde la celebración de la vida no tiene final. Este encuentro entre dos mundos, nos hace descubrir una verdad que muchos solemos olvidar por culpa de las pruebas de la vida. Así fue en el caso de Victoria, una joven que al descubrir esa verdad, logró encontrar algo que había perdido hace mucho tiempo, un amor incondicional. Esta es su historia.  

Decidir lo que una persona va hacer con su vida es una tarea desalentadora para cualquier individuo. Para Victoria, el tema de su pasión era algo que creía haber sido muy afortunada al descubrir a temprana edad. Desde que era pequeña, ella se encontraba fascinada con la carrera de su padre Alfonso, quien era un ingeniero civil. No entendía con exactitud a lo que su padre se dedicaba, pero esa curiosidad solo la hizo interesarse más en la carrera. Por lo cual, cuando llegó el momento de ir a la universidad, Victoria no lo pensó ni un segundo más y se propuso convertirse en una ingeniera civil. Durante sus primeros dos años en la escuela, ella formó grandes amistades con otros en su misma carrera y cada clase sin importar qué tan complicada fuera, la alentaba a aprender más, pero esa felicidad cambiaría en su tercer año.

En ese año, Victoria comenzó a dudar si ingeniería civil era la carrera para ella, si acaso ella tenía el talento necesario para ser una ingeniera como una vez lo fue su padre, quien ya había fallecido hace siete años. Esta incertidumbre llegó a ella a raíz de conocer a un profesor que en cada oportunidad que tenía, le hacía recordar que ingeniería civil es una carrera dominada por hombres y le hacía saber que él mismo pensaba que las mujeres no tenían la capacidad para ser ingenieras exitosas. Victoria al principio ignoraba las opiniones de su profesor, pero después de un tiempo, ella empezó a creer que tal vez él tenía razón y esta no era la carrera para ella. 

Después de haber tenido unas semanas difíciles, Victoria decidió que necesitaba una distracción, por lo que decidió aceptar la invitación de su tía a un evento de ofrendas del día de muertos. Ella dejó de ir a ese tipo de eventos desde que su padre falleció, en sus ojos, no había nadie que se comparaba a lo increíble que era su padre en celebrar el día de muertos. Victoria y su padre se pasaban todo un día entero preparando la ofrenda más grande y hermosa que podían hacer, era una de sus actividades más favoritas del todo año, pero sin él, ella sabía que no iba a ser lo mismo y, por lo tanto, no había caso de celebrar el día de muertos. 

Al llegar al lugar del evento, Victoria se topó con muchas cosas familiares al caminar hacia la ofrenda de su tía, como: los colores radiantes y acogedores de amarillo, anaranjado y rojizo de las flores de cempasúchil que marcan el camino para las almas a sus ofrendas, las numerosas velas blancas que alumbraban el cielo oscuro para las almas en su camino, el papel picado que brinda color y vida a las ofrendas, el olor del copal que trae serenidad por todo el aire, el olor de la variedad de comida deliciosa que satisfaría el apetito de cualquier alma, o finalmente las fotografias de nuestros seres amados en sus ofrendas. Para ella, esto y más le trajo recuerdos de esos momentos al lado de su padre celebrando el día de muertos. Por fin Victoria llegó a la ofrenda que preparó su tía y estaba contenta de ver todos esos elementos que una ofrenda tiene, especialmente las fotografías de sus abuelos, sus tíos, y de su…padre. 

Al momento de ver la fotografía de su padre en la ofrenda, Victoria no se pudo contener y, cayendo en sus rodillas al piso, empezó a llorar incontroladamente. Ella siempre había sido una persona que estaba en paz con el tema de la muerte, ya que ella lo veía como parte del curso de la vida, la muerte no era algo que se tenía que temer, sino aceptar con amor. Es por eso que cuando su padre falleció, aunque fue doloroso lo aceptó con dignidad. Sin embargo, al ver su fotografía, sintió por primera vez la realidad de que su padre ya no estaba aquí con ella en este mundo, de verdad él se había ido. 

Aun llorando en el piso, sintió un brazo que se envolvió alrededor de sus hombros, abrazándola. Sintiendo inmenso calor y amor, ella levantó su cara para encontrarse con la cara de su tía, pero para su gran sorpresa, no era su tía quien la abrazaba; era su padre, Alfonso. Solos sin nadie más en el lugar, aún sin poder creerlo, Victoria abrazó a su padre con toda la fuerza del mundo, lo último que quería era dejarlo ir. Después de unos minutos, su padre colocó su palma en el rostro de su hija y le preguntó por qué estaba tan triste. Ella le explicó que la vida sin él ha sido más complicada, sin él ella no ha podido descubrir lo que es mejor para ella, sin él su vida ha perdido la felicidad y pasión que algún día ella sintió. Su padre le explicó a Victoria que nunca habría una vida sin él, era imposible, ya que, su amor los iba a conectar para siempre y que la vida, de felicidad y pasión que ella algún día sintió, no fue solo a causa de él. Juntos crearon esa vida y aun la podían seguir creando si ella recordaba que él siempre estaría a su lado, pues su espíritu vive en ella. 

Dándose un último abrazo que duraría para toda la eternidad, Victoria despertó a la voz alarmante de su tía que le suplicaba que despertara. Para los demás, parecía que ella se había desmayado en el piso, pero para Victoria, la reunión con su padre fue real. Fue el resultado de dos mundos encontrándose una vez más en el día de muertos. Después de ese día, ella volvió a la escuela sintiendo esa misma pasión que sentía cuando era pequeña, estando segura de que quería ser ingeniera civil. Ahora ignorando los comentarios de su profesor, Victoria se enfocó en su meta la cual era convertirse en una ingeniera igual de increíble como su padre, estaba segura de que lo iba a lograr porque tenía siempre a lado su amor incondicional. 

En el caso de Victoria, ella descubrió la verdad de que nuestros seres amados nunca se van de nuestras vidas, ya que, ellos viven en nosotros y los recuerdos que guardamos de ellos. Celebraciones como el día de muertos, nos brindan la oportunidad de recordar y honrar a nuestros seres amados aunque ya no viven en el mundo de los vivos, siguen viviendo en nuestros corazones y estando presentes ahora más que nunca.

Author

  • Mariana Barragan

    Mariana Barragan is an undergraduate student at the University of Houston-Downtown. Her love for films of all genres began when she watched the VHS tape of Steven Spielberg’s 1982 movie, “E.T. the Extra-Terrestrial,” at the age of six. Mariana is a former AFJROTC cadet, where she served as the Academics Officer and Executive Officer and won the Reserve Officers Association Award. In 2023, Mariana earned her Associate Degree in Arts from Lone Star College. She received a Merit Transfer Scholarship from the University of Houston-Downtown, where she is pursuing a Bachelor’s Degree in Communication Studies with a focus in Digital Media. Her love for all communication mediums has pushed her to be a show host intern for UHD’s iRadio, act as a facilitator for UHD’s Center for Public Deliberation on the issues of Inclusivity and Free Speech and Challenges at the U.S.-Mexico Border, and join Latinitas Magazine as a bilingual writer intern.

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